María de los Ángeles Jiménez nació, se crio, vivió y vive en Sevilla. Su infancia transcurrió en Nervión, y se trasladó a Rochelambert al casarse, donde sigue viviendo actualmente.

Su padre tocaba el violín en casa, en las celebraciones y en la Banda Municipal. Ya desde niña asistía a la zarzuela y era a través de la radio donde escuchaba la copla que tanto le marcó. y Mary Fe de Triana era su inspiración. Su madre le decía que era un ruiseñor.

Nunca le dieron permiso para ir a los guateques, ni salió en pandilla, pero desde los quince años empezó a salir con el que sería su marido. Recuerda que iban al cine con carabina.

Se casó con Ignacio a los 22 años y con 30 años ya tenía tres hijos Mª Angeles, Yolanda y Sergio. Su primer tocadiscos lo compró a través de Círculo de Lectores y empezó a adquirir discos de vinilos “por un tubo”. Juan Manuel Serrat le impactó desde que escuchó la canción Se llamaba Manuel. Lo vio en varias ocasiones en directo, así como a Miguel Poveda por quien siente verdadera devoción. Le gustaba Adamo, Raphael, Triana y junto a su marido se aficionó a las proyecciones de Óperas en el cine: Turandot, La Traviata… De adulta bailó en la Bodega Puente y en las fiestas del Club se “ponía púa de bailar”. Cantó durante unos años en el coro de la Parroquia.

Disfruta cantando con sus amigas en las reuniones. Durante el confinamiento puso cintas de casettes antiguas. Ahora escucha la radio, sobre todo Canal Fiesta. De pequeña siempre canturreaba por eso la música le transporta a su niñez. Reconoce que ya no canturrea apenas, aunque sí le canta a sus dos nietos y dos nietas.

A sus hijos les encanta la música y ha ido junto a su hija mayor a bastantes conciertos en auditorios y en el Maestranza. A lo último que asistió como público en el 2020 fue a la zarzuela El Manojo de Rosas en el teatro Lope de Vega y el concierto de Navidad en la sala Joaquín Turina.